Un amigo muy especial...

sábado, 25 de junio de 2011

- Ve y visita nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Y cuando regreses a decirme adiós, te regalaré un secreto.

El principito fue a ver nuevamente a las rosas:

- Ustedes no son de ningún modo parecidas a mi rosa, ustedes no son nada aún – les dijo. – Nadie las ha domesticado y ustedes no han domesticado a nadie. Ustedes son como era mi zorro. No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero me hice amigo de él, y ahora es único en el mundo.

Y las rosas estaban muy incómodas.

- Ustedes son bellas, pero están vacías – agregó. – nadie daría la vida por ustedes. Seguramente, cualquiera que pase creería que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, puesto que es ella a quien he cuidado. Puesto que es ella a quien abrigué bajo la campana de cristal. Puesto que es ella a quien protegí con la pantalla. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se convirtieron en mariposas). Puesto que es ella a quien escuché quejarse, o alabarse, o incluso a veces callarse. Puesto que es mí rosa.

Antoine De Saint-Exupéry

Yo tengo un amigo marroncito

y de ojos pequeños.

Astuto y dicharachero,

muy gracioso y halagüeño

Me enseño a comprender

lo que es hacer a alguien tan especial.

No le gusta la impuntualidad

porque todos estamos hechos de costumbres

y de buenas costumbres

podemos a los amigos domesticar.

Lo esencial no se puede comprar

ni tocar ni mirar

pero,

si sentirlo y hacerte individual.

A veces me lo imagino

sentadito en los trigales

pensativo y nostálgico

repitiendo su famosa frase.

Frase que la llevo guardadito

en el cofrecito de mi corazón

junto a la dueña de mi amor:

Mi linda flor.