Ana y...

sábado, 28 de agosto de 2010

Hace como dos años más o menos que conocí a una chica muy bella, de cuerpo deslumbrante, ojos marrones claros, muy claros y almendrados, una cabellera extensa llegando casi a la cintura, de color dorado como el sol de verano.
Estelas sacras de oro natural, estatura de reina, unos labios muy llamativos (ni muy gruesos, ni muy livianos)... ¡Por dios, que belleza de 24 años!... se asemejaba bastante a la mujer que me atormentaba en mis sueños.

¿Su voz?... realmente no lo sé... fue de esos tipos de amor platónico que cómo otras veces me llegaban a impresionar (cómo pasa el tiempo y cómo puede llegar uno a cambiar de parecer, ahora también llevo el ateísmo en mis ilusiones de amor: Ver, tocar, oír, sentir, antes de enamorar, eso fuese; si estuviese buscando a alguien, pero ya no es así).
Ana, la belleza blonda de Rio de Janeiro; empezaba sus primeras impresiones de la vida con un poema de Fernando Pessoa.


Colhamos flores, pega tu nelas e deixa-as
No colo, e que o seu perfume suavize o momento -
Este momento em que sossegadamente nao cremos em nada,
Pagaos inocentes da decadencia.

Ao menos, se for sombra antes, lembrar-te-as de mim depois
sem que a minha lembrança te arda ou te fira ou te mova,
Porque nunca enlaçamos as maos, nem nos beijamos
Nem fomos mais do que crianças.

E se antes do que eu levares o óbolo ao barqueiro sombrio,
Eu nada terei que sofrer ao lembrar-me de ti.
Ser-me-ás suave à memória lembrando-te assim - à beira-rio,
Pagã triste e com flores no regaço.

Ricardo Reis.


Si, Pessoa y los heterónimos, por ella fue que llegué a conocer al Gran Poeta Portugués (que el universo es muy grande y no se centra en un mundo, por favor entiéndalo usted), todos los lunes era lo mismo; un poema de Pessoa y una narración corta de su vida.
Hasta que empecé a escribirle al igual que una treintena de sus conocidos (o tal vez más) pero, a diferencia de ellos, siempre escogía un poema de algún autor italiano (sobretodo de amor), para colocarlo como comentario.
Y empezó a interesarse en mí, ya no era sólo los Lunes que colocaba un poema de Pessoa, sino casi a diario, esperando un comentario mío (quizás). Hasta que cometí el error de confundir nombres, hice un sentimiento de los míos pero, con nombre equivocado (que estupidez la mía), y de dedicatoria coloque el de su amiga (Deia).
Tal vez no supe diferenciar quien era quien; una es de pelo castaño y la otra rubia, si Ana era preciosa; Deia lo era un poco más (que tal suerte la mía) y lo peor es que empecé a escribir en aquel lugar sólo por Ana.
Me puse a mirar lo que había anteriormente en su lugar de compartir imágenes y divagaciones con sus amigos (sobretodo las fotos), y ahí pude ver lo unidas que eran (ambas con el cariño especial de madres y tías por el único hijo que cada una tenia).
Al día siguiente, una imagen de las dos apareció en su sitio online, solo que decía en grandes letras: Yo soy Ana, y yo Deia.
Reí como tonto (entre mi), porque sabía a lo que se referían (elegir a una), y mi elección (de cobardes me tildarán algunos) fue no volver a escribir en su dirección de internet de las dos y eliminar mi cuenta (es lo que hice en ese momento); decidí apartarme de aquel lugar, sin embargo, aún conservo imágenes y comentarios de esa ilusión pixeleada y cristalizada.
Tal vez me equivoqué en la decisión, pero si elegía a quien más me gustaba hubiese ocasionado (quizás) un distanciamiento entre una bella amistad (demasiado pretencioso dirán, más no quería correr ese riesgo).
Despúes de un largo tiempo (seis meses), por curiosidad, quise ver si había novedades en aquel lugar de las dos, en vano fue porque ya habían eliminado ellas su lugar de esparcimiento.
La hermosa Ana, la sentimental Ana, la alegre Ana, que hubiese sentido ella, si elegía a quien más me gustaba... Deia.

Jenny...

jueves, 26 de agosto de 2010

Jenny tienes los ojos azules, azules como los cielos olímpicos, azules como el manto que cubre el indómito Valhala, o como el lago cálido donde se bañan las hurí del profeta.
Sobre esa belleza inmensurable están dos rayos dorados que la cubren, y debajo de él, un gracioso y pequeño lunar, que es un punto final de chocolate.
Muy blanca, muy risueña, unos cabellos dorados que palidecen el brillo del sol, así es ella, así es Jenny, con su voz que es un desquiciante grito de luna, su traje rojo, su falda escocesa, sus medias rojas, y sus zapatillas que le hacen juego a todo.
Siempre cuando le gusta algo, lo repite tres veces: Te quiero, te quiero, te quiero. Mas si hay otra cosa que no es de su agrado, trata de no herirlo y le dice: Me gusta, me gusta, pero poco.
¿Dónde te has ido Jenny?, ¿Dónde está tu risa preciosa que escondías para que no lo vieran seres que no merecían presenciar lo más cercano al paraíso? ¿Dónde están tus bailes, donde está tu ternura de niña hecha mujer? ¿Dónde estás Jenny, donde?
Yo le escribí tres cuentos a Jenny, o quizás más. Si, Jenny es Isidora, la niña que andaba enamorada de Nico, que sólo suspiraba por él, no sé si ella llegó a leer ese relato porque entre mis pensamientos por ella, estaba su amiga inseparable, Lucia, o Cata, como a ella le encantaba que le llamaran.
Sobre Cata ya escribí demasiado, mucho diría yo, por que si, Cata es Natalie, ese amor que parecía posible pero realmente tenia el sello de imposibilidad por sus inconstancias o por las mías, hasta ahora no lo sé en realidad.
El cuento que si estoy seguro que le gustó fue: Un sueño olvidado. Porque los ojos de la niña o de la mujer eran azules y no cafés, hizo algo muy gracioso cuando lo leyó, imitó los instantes que describía en mi relato, sin embargo le dio una tonalidad de alegría; al ser que lo llegó a tener entre sus brazos no era un hombre sino un can, uno muy pequeño, que lo bautizo con el nombre de tilín (por lo de las estrellas titilan), jajajaja, así es ella, única.
Sobre Isidora, sé que también fue de su agrado, mas resaltó que ella no estaba pololeando, es que Jenny o Isidora ya tenia novio, jajajaja, si ya lo tenia y su nombre era Nicolás, ¿Qué hacia yo en medio de una estrella y un hacedor de ellas?, no lo sé realmente, sólo sabia que ella me gustaba, si me gustaba como era ella... Isidora.
Si tal vez; ella no hubiese tenido un compromiso y yo no hubiera estado tan lejos de ella, hubiese sabido como es realmente Jenny y no Isidora, hubiera roto la barricada de lo irreal, y yo su fan, hubiese sido más que eso.
En estos tiempos, en éste presente, la belleza de ojos azules se encuentra libre para viajar donde ella desee, donde quiera, donde ella ame, donde pueda tomar instantáneas, momentos con sus manos, con sus ojos, con su presencia, con la música que le apasiona (la de olor de heliotropos o de abedules), porque ahora sé que ya no tiene quien sea su dueño, que irónica es la vida, ahora ella es una realidad pero yo, ya no.

El regalo de cumpleaños...

sábado, 21 de agosto de 2010

Hoy es un día igual como los demás, eso pensé. Pero no, porque entra raudamente a mi habitación mi niña con un regalito que lleva entre sus dedos de nieve.
- ¡Papá, papá, aquí te traigo tu regalo de cumpleaños!... ¡mira, míralo!... pero esta muy feo, quise hacer una florecita de papel y no me ha salido; cuando sea grande te compraré un reloj muy caro, así como usa el papá de Sebastián.
Hace un pucherito, pone su mirada triste, la levanto y la pongo junto a mí lado y le digo:
- Dime mi niña… ¿Has visto alguna vez cómo los niños le guardan cierto cariño a cosas que para uno, no tienen valor?
- ¡No!
- ¿No?... ¿Estás segura?
- ¡Si!
- Mira, mi amor, tu tienes una mantita de color amarillo y en el centro hay un unicornio rosa bordado con cariño de tu mamá. Ella te lo tejió con paciencia, esperando el momento que brillaras en nuestro cielo ausente de un angelito bello..
Sonrie, formandose dos coquetos hoyuelos en sus mejillas rosas de alhelí.
- Si papá, es muy bonito.
- Te acuerdas, que hace un año te compramos uno muy hermoso y demasiado caro, que tenia dibujitos de tu programa favorito. Tú te alegraste y diste brinquitos de alegría cuando lo viste sobre tu cama, tu mamá quiso llevarse el que ya estaba demasiado desgastado y deshilachado para regalarlo o tal vez botarlo.
Y tú empezaste a llorar, y pediste que te lo devolvieran, que ya no querías el nuevo, que nos lo lleváramos o lo guardáramos, pero que volviera a tu lado tu mantita con el unicornio ya gastado.
Mi niña pone un dedito en sus labios, mira fijamente en un solo lugar, se queda así quietecita por un momento, y de pronto estira sus manos y me dice:
- Es que yo lo adoro, porque me lo hizo mi mamá.
- Así es mi tesoro, lo adoras porque te lo hizo tu mamá, así como yo adoro esta rosita de papel porque lo hiciste tú. Me regalaran por este día cosas que tienen un valor muy alto en dinero, pero al que más amaré y me acompañara por el resto de mi vida, será la florcita hecha por mi lucero.
Mi niña se levanta, me abraza muy fuertemente y me da un beso en mi mejilla diciéndome:
- ¡Papito, yo a ti te quiero!

La hormiga y el Sol...

jueves, 19 de agosto de 2010

Había una vez, una pequeña hormiguita muy trabajadora, no tenia tiempo para hacer muchas amistades, cuatro en toda su vida. Siempre trabajando en su casa, en su empleo, mas el tiempo ya iba pasando y todas las hormigas cercanas a ellas ya se iban casando y formando sus hogares.

Una de sus amigas le dijo:

- Antina, ya debes conseguir novio, para así casarte y tener tu hogar.

- Es que nadie me gusta, todos me parecen iguales.

Su amiga movía la cabeza como desaprobándola, sin embargo, sonreía y la abrazaba diciéndole:

- Debes conseguir ya uno, porque el tiempo no corre en vano.

Y ella, empezó a buscar novio pero, ninguno le gustaba; un día levanto su mirada de ébano y se quedo prendara del sol.

- ¡Qué hermoso es!... ¡Cómo brilla!… y siempre ahí, muy solito al igual que yo.

Antina, les comenzó a contar a sus amigas que se había enamorado y quería casarse con él, pero, cuando les decía quien era el afortunado se empezaban a reír.

- ¿Y tú crees que él se va a fijar en alguien como tú?, además me han dicho que sale con la luna.

- Y porqué no se va a fijar en mí, soy muy trabajadora, laboriosa en las cosas del hogar, hacendosa en todo, y no creo que esté con la luna, porque él, no se ve mucho con ella.

Sus amigas le decían que se fijara en otro, en alguien más cercano a sus posibilidades. Pero no, ella ya sentía un amor muy grande por el Sol.

Se puso a pensar…. ¿Cómo haría para que él se fijara en ella, si estaba en todo el alto del cielo?... de pronto se le ocurrió una idea y comenzó ha realizarla. Día tras día, iba juntando piedras y con ellas iba formando un gigantesco corazón, y cuando ya estaba por terminar en el centro escribió: Te Amo Sol.

El Sol desde su palacio azul, quedo sorprendido al ver una ofrenda tan cándida y tierna, y quiso mirar quien era que le había escrito tan bella frase de amor, y empezó a acercarse poco a poco, la temperatura empezó a subir, las olas del mar se estaban evaporando y la pobre hormiguita a pesar que sentía un terrible calor no se movía de su obra amor.

Sus amigas le empezaron a gritar que se escondiera porque se podría incinerar, pero ella no oía y poquito a poco se empezó a desvanecer, el viento le empezó a gritar al Sol que se detuviese, que estaba quemando todo a su alrededor, y el Sol se detuvo porque ya se había dado cuenta quien le había construido algo tan hermoso mas, al ver que por su propia culpa la hormiguita se había convertido en cenizas empezó a llorar, y sus lágrimas fueron cubrieron toda la tierra, todo el mar.

El viento viéndolo tan triste, le dijo:

- Si quieres te puedo llevar sus cenizas de la infeliz antina a tu lado amigo sol.

El sol sonrió en medio de su llanto y le expresó que por favor lo hiciera, y muy cuidadoso el viento en una lágrima que cayo del propio rubio señor, llevó a la hormiguita junto a su gran amor.

Y si no me crees mi pequeña niña, mira las fotos del espacio, mira las imágenes del Sol y veraz que dentro de él, está la hormiguita, como una mancha tiznada de amor.

A una donna perché è...


Ahora voy a subir algunos de mis relatos o poemas *-* que andan por cualquier parte menos donde deberían estar (acá), con anuencia de la aún Administradora de mis Blogs. En mi otro blog sólo van estar los que sean nuevos.

Saluti a tutto.

cómo que aún, es siempre siempre siempre siempre, no aún. >:(

jajajaja bueno, siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre siempre administradora de mis blogs. :D

faltó un siempre ^.^

-.-!