
Había una vez, una pequeña hormiguita muy trabajadora, no tenia tiempo para hacer muchas amistades, cuatro en toda su vida. Siempre trabajando en su casa, en su empleo, mas el tiempo ya iba pasando y todas las hormigas cercanas a ellas ya se iban casando y formando sus hogares.
Una de sus amigas le dijo:
- Antina, ya debes conseguir novio, para así casarte y tener tu hogar.
- Es que nadie me gusta, todos me parecen iguales.
Su amiga movía la cabeza como desaprobándola, sin embargo, sonreía y la abrazaba diciéndole:
- Debes conseguir ya uno, porque el tiempo no corre en vano.
Y ella, empezó a buscar novio pero, ninguno le gustaba; un día levanto su mirada de ébano y se quedo prendara del sol.
- ¡Qué hermoso es!... ¡Cómo brilla!… y siempre ahí, muy solito al igual que yo.
Antina, les comenzó a contar a sus amigas que se había enamorado y quería casarse con él, pero, cuando les decía quien era el afortunado se empezaban a reír.
- ¿Y tú crees que él se va a fijar en alguien como tú?, además me han dicho que sale con la luna.
- Y porqué no se va a fijar en mí, soy muy trabajadora, laboriosa en las cosas del hogar, hacendosa en todo, y no creo que esté con la luna, porque él, no se ve mucho con ella.
Sus amigas le decían que se fijara en otro, en alguien más cercano a sus posibilidades. Pero no, ella ya sentía un amor muy grande por el Sol.
Se puso a pensar…. ¿Cómo haría para que él se fijara en ella, si estaba en todo el alto del cielo?... de pronto se le ocurrió una idea y comenzó ha realizarla. Día tras día, iba juntando piedras y con ellas iba formando un gigantesco corazón, y cuando ya estaba por terminar en el centro escribió: Te Amo Sol.
El Sol desde su palacio azul, quedo sorprendido al ver una ofrenda tan cándida y tierna, y quiso mirar quien era que le había escrito tan bella frase de amor, y empezó a acercarse poco a poco, la temperatura empezó a subir, las olas del mar se estaban evaporando y la pobre hormiguita a pesar que sentía un terrible calor no se movía de su obra amor.
Sus amigas le empezaron a gritar que se escondiera porque se podría incinerar, pero ella no oía y poquito a poco se empezó a desvanecer, el viento le empezó a gritar al Sol que se detuviese, que estaba quemando todo a su alrededor, y el Sol se detuvo porque ya se había dado cuenta quien le había construido algo tan hermoso mas, al ver que por su propia culpa la hormiguita se había convertido en cenizas empezó a llorar, y sus lágrimas fueron cubrieron toda la tierra, todo el mar.
El viento viéndolo tan triste, le dijo:
- Si quieres te puedo llevar sus cenizas de la infeliz antina a tu lado amigo sol.
El sol sonrió en medio de su llanto y le expresó que por favor lo hiciera, y muy cuidadoso el viento en una lágrima que cayo del propio rubio señor, llevó a la hormiguita junto a su gran amor.
Y si no me crees mi pequeña niña, mira las fotos del espacio, mira las imágenes del Sol y veraz que dentro de él, está la hormiguita, como una mancha tiznada de amor.