Bajo tu recuerdo, Natalie... (Primera Parte)

jueves, 26 de febrero de 2009

Natalie, natalie, ¿hace cuanto tiempo no te escribo?, demasiado dirás, jajaja, pues no, siempre has estado en algo que he escrito, y no es por que añore estar contigo… no, no es así, es por los momentos que vivimos.
¿Qué día, aparecí ante ti?, la fecha exacta, no la recuerdo, el mes si, fue en Junio (¿día de tu cumpleaños?), no, no, fue en Julio (mes de mi cumpleaños) o quizás ¿Agosto?, para que decir la fecha, eso es algo que solo sabemos los dos.
El cielo era gris, aquel día de Noviembre,
una figura se ve en lo alto de aquella playa,
que el nombre he olvidado.
¿Realmente lo he olvidado?, pues no, ese nombre de esa playa se llama Valparaíso, cosas del destino y justamente el cariño que te robo de mi, fue de ahí.
Sus ojos coloridos,
sus ojos vagos y llanos,
no se que me atrajo,
de esa mujer de trapo.
Pelo dorado y claro,
pelo tullido y opaco,
sus labios eran delgados,
sus labios eran tristes y amargos.
- Es que la muñequita de trapo te vio los ojitos, amala poeta, amala, y te respondí con una majadería:
- ¡No se a que te refieres…!
Hoy quiero disculparme contigo por contestarte de esa manera, no debí hacerlo, y menos delante de tu nueva ilusión. Manuel, ¿no?, Manuel tiene los ojos verdes, ¿Cómo tú?, no, los de él son mas vívidos, los tuyos más tenues.
¿Qué será de la vida de Manuel?, ¿no?, si alguna vez lo vuelves a ver, dile que me disculpe por las palabras que puse en su fotolog.
Por que has escrito eso sobre Natalia, ¿eh?, que honda te traes con ella, no sabes que ella esta con un músico, se enfurecieron tus fans por el Noviembre que te escribí.
…Y con mi sangre, escribiré tu nombre: Natalia.
Natalia, Natalia, cuantas veces repetía ese nombre con amor… ¿Quiero conocerte Juan Cristóbal?... Cristóbal fue tu amor de ficción, ¿o tal vez fue real?, sinceramente, no lo se. ¿Y el Juan de adonde salió?... Tal vez sea solo un nombre inventado, o tal vez sea el nombre que se antepone al José.
Era un ave fénix que surcaba los cielos,
orgulloso de su inmortalidad.
Nada ni nadie podía atentar contra
mi divinidad.
Mas el desdén de aquellos
lindos ojos azules
destrozo mi invulnerabilidad.
Y de mi solo quedaron cenizas,
cenizas, que nunca renacerán
¿A quien fue que le escribí este pequeño poema?, tú lo sabes y por eso te enfadaste. Si, si, fue a la bellísima, Isidora.
Isidora, también tiene sus relatos hechos por mi, al igual que lo tienes tú.
A veces me pregunto:
Si pude haberla enamorado.
Me parece que no, por que ella tenía como defensa un amor de celuloide. En cambio tú, estabas indefensa ante mí.
¿Sabes?, una vez tuve la impresión que ella (Isidora), quiso encontrarse conmigo:
- Va haber, una feria de libros el día tal… y yo voy a estar ahí.
- Ah, ya, cállate – le dijiste, y yo me sonreí, que bonita te pusiste cuando estuviste celosa.
Si tal vez hubiese estado en esos momentos en Santiago, con todo gusto hubiese ido, por que negarlo, me hubiese encantado conocerla.


Pardonne, ils m'appellent, demain je continuerai.